Los campos sobre los
que se actúa en Kinesiología Emocional son diversos. Desde los más físicos hasta los más sutiles. Voy a dar una pequeña descripción de cada uno de ellos.
Voy a empezar explicando la etimología de la palabra Kinesiología, ya que siempre es de utilidad comprender lo que la propia palabra nos intenta transmitir, más allá de los detalles que a posteriori el trabajo pueda implicar: la Kinesiología Emocional u Holística es una técnica de diagnóstico y tratamiento que utiliza el test muscular Arm Reflex (entre otros) introducido por Raphael Van Assche, con el objetivo de obtener la información exacta del origen de los desequilibrios del cuerpo, además del tratamiento más adecuado para su resolución.
La palabra Kinesiología, de origen griego, se refiere al estudio del movimiento. La palabra holístico, significa “relativo al todo, no solo parte del problema o cuestión”, cuyas raíces son también griegas: holos que se traduce por entero, todo; y el sufijo -tico, que quiere decir relativo a. Esta palabra, en el contexto de la medicina natural, significa que el organismo es una unidad y no la simple suma de sus partes. Se trata de una aproximación que no sólo tiene en cuenta el cuerpo o la parte física, sino también otros aspectos como el emocional y el energético. Para recuperar el equilibrio hay que analizar e integrar todos los componentes de la persona.
En Kinesiología Emocional u Holística utilizamos ciertos músculos o cadenas musculares para testar (preguntar al propio cuerpo) y descubrir los desequilibrios que la persona no es capaz de equilibrar o adaptar. Partiendo de la base de que los síntomas pueden estar causados por uno o varios de los campos que forman a la persona: energético o de información, bioquímico o nutricional, emocional y estructural, la Kinesiología nos ayuda a descifrar el origen primero de la sintomatología, ya sea física, conductual, emocional, hereditaria y/o energética.
A continuación, hago una pequeña descripción de cada uno de los campos:
Campo estructural
Relacionado con desequilibrios musculoesqueléticos, ya sean articulares, óseos, musculares, tendinosos, de ligamentos, etc.
Algunos ejemplos pueden ser: un bloqueo articular, una contractura muscular, un espasmo visceral…problemas biomecánicos en general. Se tratará con técnicas manuales para devolverle la normalidad a la estructura. Se tienen en cuenta también los desequilibrios posturales, las tensiones de la esfera craneal o el buen funcionamiento del sistema nervioso y circulatorio que tiene que irrigar las zonas afectadas.

En la práctica, cuando alguien presenta algún desequilibrio de tipo estructural, suele estar provocado por desequilibrios en alguno de los otros campos, por lo que se suelen trabajar sobre el que corresponda.
Campo bioquímico o de ecología personal
En el caso de problemas bioquímico-orgánicos o bioquímico-nutricionales, buscamos cuáles son las deficiencias del organismo que afectan directamente al problema del paciente y se aconsejan los productos naturales y los complementos dietéticos necesarios para alcanzar la homeostasis y revertir de este modo la sintomatología. Por ejemplo, en un desequilibrio de la flora intestinal que afecte tanto la absorción de nutrientes como al sistema inmunológico, un desequilibrio hormonal, carencia o exceso de algún nutriente o vitamina, alergias, intolerancias, etc.

Campo energético o eléctrico
Uno de los campos sutiles de los que he hablado con anterioridad es el del campo energético o eléctrico, también llamado de información. Esto es debido a que es la información contenida en él lo que define, ordena y dinamiza los cuerpos más densos (químico y estructural).

En este nivel se podría descubrir qué ocasiona ciertos desequilibrios energéticos, como por ejemplo, los que son originados por causas ambientales (magnetismo, geopatías…), por un desajuste en las glándulas centrales, en la propiocepción (capacidad para sentir la posición de nuestro cuerpo) cuyas funciones se encuentran en el cerebelo, la interocepción (que nos ayuda a entender y sentir lo que sucede dentro de nuestro cuerpo) o por desequilibrios energéticos propios, como un meridiano en defecto o un chakra desequilibrado. Se tratarán con técnicas como la magnetoterapia, cromoterapia, musicoterapia, acupuntura, Reiki, etc.
Campo emocional
Cuando la causa es emocional se buscará si la causa es un desequilibrio del sistema nervioso, si es una emoción no digerida que se ha quedado anclada en el inconsciente, si es un trauma del pasado, etc. Además, se realizará el tratamiento más efectivo para la persona como pueden ser las flores de Bach u otras técnicas emocionales de PNL (Programación Neurolinguística), visualizaciones, EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing, que se traduce como Reprocesamiento y Desensibilización a través del Movimiento Ocular) o tapping.

En muchos casos, el mero hecho de poner atención y consciencia en la forma en que gestionamos nuestras emociones, suele ser de por sí revelador, y ya ayuda a la persona, sin necesidad de realizar ninguna técnica adicional. Lo primero y más importante, es aportar consciencia al problema, sacarlo a la luz, para así poder empezar a trabajar en él. No podemos trabajar sobre lo que no vemos o sobre lo que desconocemos de su existencia. Concretar y observar el origen de los desequilibrios es primordial.

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